viernes, 11 de junio de 2010

Mi Conversión

   No hablaré de mi vida antes de ser convertida, eso ya es pasado, lo mejor es dejarlo en el olvido... aunque me es imposible olvidarlo.
   Cuando me desperté era de noche, estaba confundida, ¿había dormido todo el día? La cabeza me daba vueltas, me sentía muy mal. Tuve una ganas incontrolables de vomitar y fui corriendo al baño. Por asqueroso que suene, pareciera que boté todo lo que llevaba adentro, no paraba de vomitar y vomitar.
   Todavía un poco mareada volví a mi pieza, eran casi las doce de la noche, mi hermana estaba durmiendo en su pieza, lo encontré raro ya que ella siempre se acuesta mas tarde, tiene problemas para dormir. Traté de no hacer ruido para no despertarla. En ese tiempo vivíamos las dos solas en su departamento en Santiago, me mudé allí para estudiar en la universidad, mis padres y mis otras dos hermanas se quedaron en el sur.
   Me acosté nuevamente y traté de ordenar mis pensamientos, pero me era imposible ya que me sentía demasiado extraña. El ruido ensordecedor del tráfico no me dejaba tampoco. ¿Por qué había tanto tráfico a esa hora?
   De pronto me empezé a sentir mejor, ya no estaba mareada. Me empecé a sentir demasiado bien, hace tiempo que no sentía tanta energía. Fui al baño y me duché, me sentía demasiado sucia, no sabía por qué.
Me sequé el pelo, me lo alisé, me maquillé... ¿qué estaba haciendo? Eran las doce de la noche y me estaba arreglando.
   Todavía estaba con la toalla puesta, me miré al espejo y... esa no era yo.
   Mi piel eran lisa y pálida, mis ojos tenían una luz extraña, mi nariz ahora estaba derecha y perfecta, todas mis facciones ahora eran perfectas, bueno quizás eso es exagerar, pero comparando a como era antes me veía perfecta.
   Miré mi cuerpo, mis pechos eran mucho más grandes, mis brazos y mis piernas ya no eran tan delgados que parecían como de niña, ahora eran perfectos, todo mi cuerpo era perfecto, no tenía pelos en las piernas y eso que no me había depilado recientemente.
   Y ahí fue cuando me acordé del sueño, del que yo creía que había sido un sueño. Abrí la boca buscando unos colmillos, pero no los encontré. Estaba demasiado confundida. Si mi "sueño" en el que un vampiro me convertía había sido realidad ¿por qué entonces no tenía colmillos ni sentía sed de sangre?
   Cuando dije esa palabra en mi mente miré al espejo y me vi con unos colmillos afilados, simplemente salieron de pronto. Y un delicioso aroma empezó a surgir de la pieza de mi hermana.
   Me fui corriendo a mi pieza y cerré la puerta bruscamente. Encendí mi notebook y comencé a vestirme.
   Se preguntaran por qué en un momento así encendí mi notebook. Bueno, el vampiro que me convirtió lo conocí por internet, y esa era la única forma para encontrarlo nuevamente. Una vez me hube vestido, me conecté al messenger y por primera vez en mi vida tuve suerte, él estaba conectado. Comencé a putearlo y a preguntarle por qué mierda me había hecho eso sin mi consentimiento.
   Bueno, la verdad es que yo sí quería convertirme, ser un vampiro ha sido un sueño que siempre he tendido. Conocí a Sebastián por facebook, en una cuenta con un nombre falso que me creé para conocer gente gótica, para poder hablar de cosas que no puedo con mis "amigos".
   Él indirectamente decía que era un vampiro, yo no le creía. Aunque siempre he creído que los vampiros existen, no podía creerle a cualquiera que me dijera que era uno por internet, hay miles de locos que creen serlo. Así que simplemente le seguí el juego, era divertido pensar que estaba hablando con un vampiro. Le hablé de las razones de las por qué quería convertirme, qué era lo que me gustaba de los vampiros, cuáles eran las características y cualidades que yo pensaba que tenían los vampiros reales y muchas cosas más, hablamos durante un largo rato. Antes de despedirse dijo que esa noche iría a donde yo vivía y me convertiría. Yo no le creí... hasta que me desperté a la noche siguiente con unos colmillos...
   Como iba diciendo, tuve la suerte de encontrarlo conectado y después de desquitarme con el teclado, él recién se molestó en escribir. Me dijo que no estaba interesado en ser mi "profesor de vampirismo" que no iba a estar a mi lado todo el tiempo enseñándome todo sobre los vampiros. Que solo me iba a contar las cosas importantes que debía saber y lo demás tenía que aprenderlo sola. Lo único que me dijo fue:
   -Olvida todos esas cosas que has escuchado sobre los vampiros, todos esos mitos del agua bendita, el ajo, las estacas y un sin fin de cosas mas... todo eso es mentira. Podemos salir al sol, no nos quemamos ni brillamos, simplemente no somos tan fuertes como de día, aunque si más fuerte que cualquier humano. La única forma en la que podemos morir es que otro vampiro nos arranque la cabeza con sus colmillos, eso es lo único que corta nuestra piel, también podemos morir quemados. Ah, y no tienes para que matar a las personas de las que te alimentes, simplemente tomas un poco y luego lames la herida, nuestra saliva es curativa. Y para que luego no lo recuerde, tenemos el poder de hipnotizar.
   Yo tenía miles de preguntas más pero el se desconectó. Me llegó nuevamente el olor a la sangre de mi hermana, no quería morderla, ella siempre le ha tenido fobia a los vampiros, que ironía...
   Así que tomé mi bolso y salí. La noche era... no hay palabras para describirla. Nunca la había visto, oído, olido... sentido así.


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