sábado, 12 de junio de 2010

Recuerdos

   Hace unos momentos me puse a pensar en mi familia, mi hermana Claudia con la que vivía hace poco le tiene fobia a los vampiros, para ella cuando sueña con un vampiro es una pesadilla. Cuando le conté lo que me había sucedido pude ver el miedo en sus ojos, nunca podré hablar con ella de la misma forma que antes.
   Pensé también en mi otra hermana, Paulina, a ella no la veo hace casi tres meses, antes de que me convirtiera. La extraño demasiado, recordé una vez, años atrás, en que me sentía muy triste y me acosté en mi cama a llorar, nadie de mi familia se dio cuenta, como siempre me sucede. Pero ella llegó a mi pieza y sin decirme una sola palabra se acostó a mi lado y me abrazó, estuvo un buen rato a mi lado, yo no podía parar de llorar, lo único que me dijo fue "no llore, mi niña", cada vez que recuerdo esas palabras mis lágrimas empiezan a correr, no puedo evitarlo. Son lágrimas de tristeza, de alegría, son lágrimas de recuerdo, de añoranza, de sentirme querida y comprendida.

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